Bueno, y después de mi post desahogándome, toca hablar las cosas buenas que tuvo este puente tan intenso en Calella.
Cinco horas de baile diarias, incontables horas de playa + piscina + jacuzzi + spa =D y muchas muchas horas de fiesta y buena compañía (aunque mala, también xD). A todo esto hay que sumarle las muchas agujetas que nos acompañaron durante los 4 días y las muchas muchísimas tonterías que no paramos de decir y hacer. 
En esta primera foto podéis ver al ligue compartido de Andrea y yo, un camarero Alemán llamado Georg (se pronuncia Chiorrrrg xD) que nos servía tés fríos mientras tomabamos el sol en la piscina del hotel (y ahora toca el típico muahahah). Aunque el señor edefesio blablablá rompió la magia haciendo de hermano mayor cuando le íbamos a dar nuestros teléfonos (¿es odioso o no es odioso?).
En fin, como es obvio no nos llamó para salir de fiesta; llamó el Lunes y bla bla...
Pero la fiesta sin él fue divertida igual. Muchos mojitos, muchos perreos, muchos moros en los pubs (para que negarlo, un asquete... prr), y una limusina hortera de cojones pintada de colores que nos llevaba de pub a pub a todas las bailarinas (porqué nosotras lo valemos, osea).
En esta segunda y última foto podéis ver a Andrea, al profe de baile (Louis Van Hattem) y a una alumna suya. El holandés y la suiza un poco gambones (no sabemos si por el sol o por las caipirinhas y los cubatas que se metieron) pero muy majos ellos.
Y nada, que pensándolo bien, no sé porqué me sulfuro si al fin y al cabo el puente no estuvo tan mal (quitando al adefesio ya mencionado); así que mejor me quedo con la parte positiva y olvido (aunque no pienso borrar el post anterior muahaha).
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